La reforma laboral, implementada a través del Real Decreto Ley 32/2021, ha traído importantes cambios en el panorama laboral de España. Con el objetivo de reducir la temporalidad y aumentar la estabilidad en el empleo, la nueva normativa establece reglas estrictas para la celebración de contratos laborales. 

En este artículo, te explicamos las principales modificaciones, cómo afectan a los contratos indefinidos y temporales, y qué deben hacer las empresas para cumplir con las nuevas regulaciones.

Contrato indefinido y de duración determinada: ¿Qué ha cambiado?

Uno de los cambios más importantes de la reforma laboral es el énfasis en la contratación indefinida. Las empresas ya no podrán recurrir con tanta facilidad a contratos temporales. En su lugar, se favorecen los contratos indefinidos, y los contratos de duración determinada solo se permiten en situaciones muy concretas.

    • Crecimiento imprevisible de la producción: En este caso, se permite un contrato temporal por un plazo de entre 6 y 12 meses, cuando la empresa experimenta un aumento de la demanda difícil de prever, como sucede en campañas estacionales.
    • Sustitución de un empleado: Los contratos de sustitución por obra o servicio determinado están permitidos solo durante los 15 días previos a la ausencia del trabajador y deben cumplir con una serie de requisitos documentales.

Además, el límite para encadenar contratos temporales se reduce a 18 meses en un periodo de 24 meses, lo que refuerza la obligación de convertir estos contratos en indefinidos si se supera este plazo.

Contrato fijo-discontinuo: Una alternativa clave en la reforma laboral

El contrato fijo-discontinuo ha cobrado relevancia con la reforma laboral. Este tipo de contrato se aplica a sectores con actividad estacional o intermitente, y otorga a los trabajadores los mismos derechos que a aquellos con contrato indefinido, incluida la indemnización por despido.

Este contrato es una solución para muchas empresas que, bajo la normativa anterior, utilizaban contratos temporales de forma repetitiva. Ahora, deben adaptarse a esta modalidad para cumplir con la ley y mantener la flexibilidad en sus necesidades de personal.

Contratos formativos: Facilitar la entrada al mercado laboral

La reforma laboral también ha actualizado las condiciones para los contratos formativos, los cuales permiten a los jóvenes y recién graduados ganar experiencia laboral mientras continúan formándose

Existen dos tipos principales de contratos formativos:

    • Contrato para la obtención de la práctica profesional: Diseñado para aquellos que han completado estudios universitarios, formación profesional o másteres. Este contrato debe tener una duración mínima de 6 meses y máxima de 1 año, y la remuneración no puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
    • Contrato de formación dual o en alternancia trabajo-formación: Este contrato tiene una duración mínima de 3 meses y máxima de 2 años. Su objetivo es combinar la formación teórica con la práctica en el lugar de trabajo. Los salarios se ajustan a lo que estipula el convenio colectivo y no pueden ser inferiores al 60% del SMI en el primer año.

Contrato indefinido adscrito a obra: Exclusivo para el sector de la construcción

Otro contrato específico contemplado en la reforma laboral es el contrato indefinido adscrito a obra, dirigido al sector de la construcción. Este contrato obliga a la empresa a ofrecer una recolocación al trabajador una vez finalizada la obra. Si no es posible la recolocación, el contrato puede extinguirse bajo tres circunstancias:

    • Rechazo del trabajador a la recolocación.
    • Falta de cualificación del trabajador para nuevas obras.
    • Inexistencia de nuevas construcciones en la provincia.

Este tipo de contrato busca ofrecer una mayor estabilidad a los trabajadores del sector de la construcción, quienes, anteriormente, solían estar sujetos a contratos temporales que se renovaban con frecuencia.

La importancia de actualizar los contratos laborales

Actualizar los contratos de tu empresa para cumplir con la reforma laboral es fundamental para evitar sanciones. La Inspección de la Seguridad Social está vigilando de cerca el cumplimiento de esta normativa y puede imponer multas de hasta 10.000 € por cada irregularidad en los contratos laborales.

Conclusión: ¿Cómo adaptarse a los cambios en la reforma laboral?

La reforma laboral de 2024 representa un gran cambio para las empresas. Con la eliminación de muchos contratos temporales y la introducción de reglas más estrictas para su uso, las empresas deben adaptarse y optar por contratos indefinidos, fijos-discontinuos o formativos cuando sea necesario. 

Si tienes dudas sobre cómo implementar estos cambios en tu organización, no dudes en contactarnos para una asesoría adaptada a tus necesidades.

Preguntas frecuentes

¿Qué es un contrato fijo-discontinuo?

El contrato fijo-discontinuo es una modalidad de contrato indefinido que se utiliza para trabajos que tienen una naturaleza estacional o intermitente. A diferencia de los contratos temporales, este tipo de contrato garantiza la continuidad de la relación laboral, aunque el trabajador solo sea llamado a trabajar en determinadas épocas del año, como en la campaña de Navidad o en trabajos agrícolas.

¿Qué tipos de contratos temporales permite la reforma laboral?

La reforma laboral limita el uso de los contratos temporales a dos situaciones específicas:

    • Por circunstancias de la producción: cuando se produce un incremento ocasional e imprevisible en la carga de trabajo de la empresa.
    • Por sustitución de un trabajador: cuando es necesario sustituir temporalmente a un empleado con derecho a reserva de su puesto de trabajo.
¿Cuánto tiempo puede durar un contrato temporal según la nueva reforma laboral?

Los contratos temporales pueden tener una duración máxima de:

    • 6 meses, ampliables a 12 meses por convenio colectivo, en caso de incremento imprevisible de la producción.
    • 90 días al año, para situaciones previsibles de corta duración, pero estos días no pueden ser consecutivos.
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